- Fecha: julio de 2006
- Unidades probadas: Passat Highline (B6/3C)
- Motorización: 2.0 TDI DSG (BKP 140 CV) – Diesel
- Calificación: 5/5
- EuroNCAP: 5/5, 34 puntos (ver informe completo)
En la senda del éxito
La historia del Passat es una historia de éxitos desde que se empezó a comercializar hace 33 años. Desde luego, el modelo actual va por el buen camino. Nos ponemos al volante de un Passat diésel con 140 CV de potencia, uno de los mejores cambios automáticos del mercado y el nivel superior de equipamiento. Un cochazo, se mire por donde se mire.
Exterior
A lo largo de su historia, el Passat ha tenido diversos diseños, siguiendo una lógica evolución desde 1973. En 2005 la sexta generación (B6) de la berlina alemana sufrió la mayor remodelación estética de su historia. Ha ganado en presencia, parece más musculoso y ciertamente, más apuesto, como de un segmento superior. Sus señas de identidad las forman el nuevo logotipo cromado, la línea lateral, los grupos ópticos delanteros y traseros -con diodos luminiscentes (LED)-, así como el nuevo diseño de la parte posterior. También resulta identificativa la parte baja de la carrocería, de color negro.
No todos los cambios afectan a la estética, pues la nueva versión del Passat también sorprende por su espacio interior, ya que es más grande. Respecto al Passat previo, el modelo actual ha crecido a lo largo (+ 62 mm), ancho (+ 74 mm) y alto (+ 10 mm). Las medidas finales son 4,77 metros de largo, por 1,82 de ancho y 1,47 de alto, con una distancia entre ejes de 2,71 metros. Aunque ha crecido, diversas medidas de aligeramiento de peso han logrado que la cifra que arroja sobre la báscula es casi la misma que la del modelo previo. Por si fuera poco, es más resistente, al tener más rigidez torsional.
El nivel de equipamiento Highline aporta detalles adicionales exteriores, como los cromados en las ventanas, parrilla frontal, protectores laterales, sin olvidar las lunas tintadas, las llantas de aleación, etc. Aquellos que valoran mucho el diseño, quedarán prendados del Passat, además, si se busca cierta exclusividad, Volkswagen facilita diversos modelos de llantas de aleación. En cambio, los conductores que deseen pasar más desapercibidos, independientemente de la potencia de su Passat, pueden elegir suprimir los anagramas de motorización, sin coste alguno.
Interior
Los cambios por dentro también son apreciables. Se han introducido en el Passat conceptos típicos de berlinas de segmentos superiores, como la supresión del tradicional freno de mano, el arranque por botón y materiales de mejor aspecto visual, aunque algunos resulten ser ásperos al tacto. Al suprimir el freno mecánico, se ha ganado espacio en el hueco entre asientos, aprovechado por unos originales portabebidas y portaobjetos más prácticos. Ahora, el freno de mano se acciona mediante un botón situado a mano izquierda del conductor. Si un propietario despistado no pulsa dicho botón, no pasa nada, ya que el modelo con cambio DSG mantiene el coche frenado en una cuesta (posición P), aunque cede algunos centímetros. Por otro lado, el arranque por botón y la nueva ubicación de «la llave», no sólo mejora el confort, también es una medida de seguridad pasiva: el conductor no sufrirá daños en la rodilla por la posición de esta pieza, en caso de colisión.
Respecto al Jetta, el Passat es más señorial y la calidad del acabado es superior, acercándose todo lo posible al Phaeton (su berlina de representación) sin que se resienta el precio ni se vea afectada la berlina estrella del fabricante alemán. La vida a bordo con el Passat es muy agradable, digna de coches más caros. Multitud de soluciones inteligentes y funcionales contribuyen a ello, como un hueco específico para paraguas (accesible abriendo la puerta del conductor), toma de corriente eléctrica opcional (230V 50Hz y 150 W máximos), asientos deportivos, salpicadero aplanado, insonorización, equipo de audio a la altura, etc. El climatizador bizona queda un poco bajo, a diferencia de varios competidores -algunos hasta permiten regularlo por voz. Algunas piezas son personalizables para conseguir un habitáculo más adecuado a los gustos de su propietario, como inserciones de madera.
Naturalmente hay puntos que pueden mejorar, como los reflejos que provocan ciertos cromados interiores a determinadas horas (perdonable, ya que incluye parasoles dobles), las vibraciones del motor 2.0 TDI BKD o la comodidad de la plaza central trasera, un poco dura para la espalda. Haciendo balance, el Passat invita a disfrutar del viaje, ya sea al volante o formando parte del pasaje. El conductor se aloja en un puesto muy cómodo con una óptima accesibilidad a los mandos y lugares muy prácticos para vaciar los bolsillos. Por su parte, los pasajeros disfrutan de un espacio interior amplio, buena visibilidad y la comodidad que proporcionan los asientos. No todas las berlinas de la competencia consiguen el confort que ofrece nuestro protagonista. A velocidades legales, la sonoridad es muy contenida, y rodando por una autopista Autobahn a más de 140 km/h, el confort sigue siendo superior al de la media. No es un coche de lujo, pero casi.
Sin duda una de las grandes bazas del Passat es su impresionante maletero, con un volumen de nada más y nada menos que de 565 litros -sin rueda de repuesto-, la envidia de muchos station wagon (el Passat Variant, sin rueda de repuesto, cubica 603 litros). Contando con la 5ª rueda, el volumen es de 485 litros, una cifra que nos sigue pareciendo muy buena.
La conducción
El alma del Passat lo forman el motor diésel TDI de 140 CV (BKP) con el cambio automático de 2 embragues, denominado DSG. Tiene un bloque de 4 cilindros en línea de 2 litros, culata de 16 válvulas, turbo, intercambiador e inyección directa de combustible mediante la técnica bomba-inyector, característica de VW. Esta tecnología hace que el motor sea muy brioso y goce de un buen par motor, a costa de una rumorosidad notable y la sensación de rudeza. Su rendimiento es más que satisfactorio, ya que no sólo mueve al Passat alegremente sino que permite conducción rápida sin achaques, unido a un consumo bastante reducido. Respecto a la caja de cambios, ya la probamos en su día con el VW Golf 2.0 TDI DSG. Como caja de cambios automática, es una maravilla; su fundamental virtud es la enorme rapidez con la que cambia y prácticamente suprime los tirones que tendríamos en la versión de cambio manual. Hemos notado diferencias en el programa de cambio respecto al Golf TDI DSG, aunque hay que decir que el Passat es más pesado y se trata de un coche diferente desde el punto de vista dinámico.
Mientras que en el Golf DSG el motor se mantenía a muy pocas RPM, en el Passat el algoritmo de cambio es muy parecido al de un conductor normal, a veces se antojan un poco «alargados» los cambios, si bien depende más que nada de la forma en la que se pisa el acelerador. El sistema DSG cambia prácticamente en el acto y responde con presteza a las peticiones de máxima aceleración o de situaciones de emergencia (como un frenazo muy fuerte a velocidad de crucero), estando siempre a la altura de las circunstancias. Dispone de 2 programas de cambio, el normal (D) y el deportivo (S); este último es más propenso a apurar las revoluciones de una relación concreta.
El sistema parece falto de cierto ajuste en situaciones de muy poca velocidad, como son los arranques en cuesta o las detenciones en ciudad, tales como semáforos. En el primer caso, si la pendiente es un poco pronunciada, al coche le cuesta moverse porque el sistema DSG no parece acertar al ajuste de embrague y acelerador necesario, requiere adaptación por parte del conductor. En la segunda situación, la transición de la 2ª a la 1ª puede mejorar en suavidad, ya que mientras estamos próximos a detenernos el motor aún quiere seguir empujando el coche. La función auto hold facilita la vida al conductor en detenciones momentáneas, para que no haya que pisar el freno.
Cuando usamos el modo secuencial, el coche cambia cuando se circula demasiado bajo de revoluciones o cuando se está próximo a cortar inyección, sin olvidar aquellas situaciones en las que la pisada del acelerador sea superior y el sistema considera que debe cambiar a otra relación. Digamos pues que se trata de un semiautomático «vigilado». Este hecho queda demostrado en la prueba de recuperación de 80 a 120 km/h. En automático tarda lo mismo que en 4ª secuencial, ya que el cambio reduce a tercera y cambia a cuarta a mitad de la aceleración. Podrá pensar que ese cambio le hace perder tiempo, pero no es así. La cifra de 6,69 segundos está bastante bien para un coche de su tamaño y potencia. Es decir, los cambios del DSG no implican pérdidas momentáneas de potencia.
Haciendo un agravio comparativo con el Audi A4 2.0 TDI Multitronic (del mismo grupo Volkswagen, en segmento premium), el cambio DSG es más agradable de utilizar con este turbodiésel, las transiciones de cambio son más suaves -y rápidas- y resulta menos sensible al uso en cuanto a consumo. Al recoger nuestro Passat, el ordenador registraba un consumo medio de 7,7 litros/100 km tras haber hecho 4.000 Km. Habiendo realizado conducción económica, respetando los límites de velocidad y sin exigir mucho al coche, el consumo obtenido fue de 6,7 litros/100 km. En Audi con cambio de variador continuo, la diferencia habría sido superior. Con un depósito de 70 litros, las visitas a la estación de servicio pueden aplazarse a más de 1.000 km.
¿Y qué hay del comportamiento del Passat? Dicho con una sóla palabra: impresionante. Parece mentira cómo una berlina como es el Passat sea tan ágil en conducción rápida y que transmita tanta confianza a su conductor, dentro de límites racionales de uso. Nuestro protagonista es un coche muy agradable para viajar tranquilo e incluso un poquito rápido, pero si se le exige el máximo partido a su mecánica, está perfectamente dimensionado en agarre, estabilidad y frenos (incluso en mojado, pues los discos se secan automáticamente). Sólo podemos objetar falta de asistencia en la dirección cuando se hacen virajes fuertes. El carácter tranquilo del Passat engaña un poco a los ocupantes respecto a la velocidad real, ya que se tiene la sensación de ir más despacio. Para evitar sobresaltos o fotos inesperadas de un radar, el regulador de velocidad será un buen aliado, así como el limitador, que nos avisa si sobrepasamos una velocidad programada.
Equipamiento
Highline es el escalón superior de equipamiento para el Passat de los 4 posibles, ofrece pues el máximo nivel de equipamiento de serie y una gama opcional de elementos de alta tecnología realmente útiles. Haciendo balance de todo lo que el coche nos ofrece y el equipamiento, los 32.210 euros que nos pide VW por él no se nos antojan muy elevados, y el precio de las opciones es soportable para muchos bolsillos, al fin y al cabo, es una berlina de gama media/alta. Algún que otro elemento podría haber venido de serie, pero la dotación es satisfactoria.
Son bastante recomendables entre los extras los faros bixenon con iluminación adaptativa en curva, el teléfono Bluetooth de manos libres, el tren de rodaje elevado para firmes rotos (de serie equipa una suspensión deportiva rebajada), las persianas eléctricas para la zona posterior, conexión USB para equipos MP3, etc… Destaca por su utilidad para los habituales de la autopista el control automático de distancia (AAC), que evitará que nos peguemos peligrosamente al paragolpes del vehículo precedente. Por 600 euros, nos libraremos muchas veces del chapista, de tener un accidente o de que nos sorprenda un agente de tráfico y nos quiten algunos puntos del carné. La distancia a mantener es configurable.
Elegir el Passat es hacer una apuesta por la seguridad de uno mismo y de los nuestros. La calificación de 5 estrellas EuroNCAP le sitúa entre los más seguros de su categoría -y en general-, con un equipamiento muy generoso al que sólo le faltan los airbags laterales traseros, por los que hay que pagar 315 euros. Desde el nivel básico de equipamiento contamos con 5 cinturones de seguridad de tres puntos, airbags delanteros, laterales delanteros y de cabeza para todos, chivatos de cinturón para las plazas delanteras, control de estabilidad y tracción (ESP, ABS, servofreno de confort, EDS y ASR) con funciones adicionales para remolque, anclajes ISOFIX… Casi perfecto.
Valoración general
Passat 2.0 TDI DSG
A favor | En contra |
---|---|
– Motor TDI y cambio DSG, combinación muy acertada. Rendimiento mecánico y comportamiento | – Rumorosidad. Mecánica ruda. Ciertos comportamientos del cambio DSG |
– Muy seguro desde versión de acceso | – Pequeños detalles de interior |
– Soluciones prácticas y tecnológicas | – Plaza central trasera un poco dura |
Elegir una berlina, hoy por hoy, no es una tarea sencilla debido a la cantidad de ofertas que hay en el mercado. Si no se conforma con cualquier cosa, pero no quiere irse a segmentos prohibitivos de compra y manutención, el Passat que hemos analizado es «un buen partido». Aunque no sea un amante de los cambios automáticos ni de los motores diésel, puesto al volante puede cambiar de opinión, y en caso de que no le satisfaga, la gama Passat tiene motores para todos los gustos, de 102 a 250 CV. Pronto se incorporará a la gama el diésel 2.0 de 170 CV, con inyectores piezoeléctricos, que rivalizará con el C5/407 2.2 HDi de 173 CV, Renault Laguna 2.0 dCi de 175 CV, Toyota Avensis 2.2 D4D de 177 CV, etc.
El 2.0 TDI de 140 CV no es el diésel más refinado del mercado pero tiene una considerable «patada», su consumo es bastante ajustado y tiene la potencia, digamos ideal, para un coche de estas características, aunque las opciones básicas de motorización son más que suficientes para cumplir en el tráfico. Además, el modelo analizado es una opción muy a tener en cuenta dentro de la gama en términos generales, aunque siempre puede optar por un equipamiento menor y la combinación mecánica comentada.
En resumen, el nuevo Passat es una berlina muy apetecible, porque tiene casi todo lo que demanda un conductor: es seguro, no es muy caro, tiene equipamiento de alta tecnología, buenos motores y mucho confort. Durante el tiempo que duró la prueba, estuvimos encantados con él, hasta un pasajero nos comentó en una ocasión que era «como ir en avión». Viene de una larga dinastía de berlinas de éxito -13 millones de unidades producidas-, además, tiene todos los ingredientes para continuar dicha carrera hasta que llegue su relevo dentro de algunos años. Ahora es más coche, más Passat. ¿Cómo será el modelo que lo reemplace? Cuesta imaginarlo.
Características técnicas
Passat 2.0 TDI DSG
- Cilindrada: 1.968 cm³
- Motor: 4 cilindros transversales (140 CV)
- Par máximo: 320 Nm CEE a 1.800 RPM
- Peso en vacío: 1.454 kg.
- Velocidad máxima: 209 km/h
- Aceleración de 0 a 100 km/h: 9,8 s
- Transmisión: Automática de 6 relaciones
- Consumo urbano: 7,9 l/100 km
- Consumo extraurbano: 4,9 l/100 km
- Consumo mixto: 5,9 l/100 km
- Combustible: Gasóleo
- Capacidad del depósito: 70 litros
- Capacidad del maletero: 565 litros
- Neumáticos: 205/55 R 16 – 6,5 J x 16
Volkswagen Passat (B6/3C)
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- 2006 volkswagen passat 16
Créditos: Carlos del Valle Cifuentes
¿Qué recomienda vd para el Passat, caja manual o automática? ¿Cuál dura más? Gracias
Un buen amigo que tiene exactamente el mismo coche va por 287.000 km y la caja no le ha dado ningún problema, pero la manual tiene una expectativa de problemas inferior, siempre y cuando se trate bien el embrague.