- Fecha: noviembre de 2006
- Unidades probadas: X3 xDrive (E83)
- Motorización: 2.0d (M47D20 150 CV) – Diesel
Las ventas de todocaminos son un tema cotidiano de conversación acerca del mercado de turismos con frecuencia. La mayoría de estos vehículos no han salido del asfalto en “su vida”, pero ¿qué pasa cuando sacamos a un todocamino/SUV de la carretera y lo metemos por el campo? ¿De qué son capaces? Nuestro elegido para esta singular prueba fue un BMW X3 2.0d.
En primer lugar, un todocamino debería tener tracción total, veamos qué significa esto. Normalmente, los turismos son de tracción (el motor mueve las ruedas delanteras) o de propulsión (movimiento a las ruedas traseras, más conocidos como tracción trasera). En condiciones de baja adherencia, como suele ser la conducción fuera de asfalto, es necesario que las 4 ruedas reciban fuerza del motor.
En el caso del BMW X3, como en muchos todocaminos, la fuerza del motor se distribuye de forma dinámica al tren delantero o trasero en función de las circunstancias. En condiciones normales, el sistema xDrive de BMW transmite el 40% del par a las ruedas delanteras y el 60% a las traseras. La tracción total posibilita la conducción campestre, pero no la garantiza.
Continuar leyendo : De paseo con el BMW X3