- Fecha: febrero de 2007
- Unidades probadas: Fiesta Coupé Sport
- Motorización: 1.6 Duratec (100 CV) – Gasolina y 1.6 TDCi (DLD 90 CV) – Diesel
- Calificación: 4/5
- EuroNCAP: 4/5, 25 puntos (ver informe completo)
Diversión racional a un precio muy interesante
Parece un Fiesta normal, pero no lo es. Cambios mecánicos y estéticos hacen del Fiesta «S» una opción realmente interesante para quien tenga un presupuesto de partida bajo y no se conforme con una versión básica ni aburrida. Es muy divertido dentro de márgenes razonables y pensando en el público joven. Enfrentamos a las dos motorizaciones posibles: 1.6 de 100 CV contra 1.6 TDCi de 90 CV.
Exterior
El Fiesta Sport pretende ser más impactante a nivel visual que sus hermanos de gama, con permiso del Fiesta ST, un peldaño por encima de nuestros protagonistas. El «restyling» de finales de 2005 del Fiesta provocó ciertos cambios a nivel estético, que se ven acrecentados en la versión comentada. Empecemos por la parte frontal, donde la parrilla es vistosa -mejora la refrigeración- y los faros antiniebla tienen un recubrimiento metálico, detalle que no tiene el Fiesta Ghia. Los paragolpes tienen el mismo color que la carrocería, exceptuando el borde en negro de las entradas de airea para realzarlas más.
En los laterales, llaman la atención las llantas de serie, de 16 pulgadas en aleación y con 12 radios. Las bandas blancas que atraviesan la unidad que se ve en las fotos forma parte de un paquete, llamado «Ford GT», que incluye las bandas, las lunas tintadas privacidad y un paquete interior adicional. Sale por 340 euros y quien quiera llamar la atención, lo va a conseguir. La suspensión es más baja que en un Fiesta normal, para lograr una dinámica más deportiva.
Finalmente, en la parte trasera, descubrimos el llamativo alerón, el logotipo «S» y una terminación más acentuada de la parte baja de la zaga. A diferencia de otras versiones de corte deportivo de la competencia, el tubo de escape no es especialmente vistoso, tanto en el gasolina como en el diésel.
Interior
Por dentro, el Fiesta Sport también busca diferenciarse y dar un ambiente un poco más personalizado, sin exageraciones. Lo primero que llama la atención es el salpicadero en dos tonos, personalizable en algunos colores y materiales al gusto del propietario, incluyendo asientos de cuero. El volante está forrado en cuero, agradable al tacto y también a la hora de manejarlo, como veremos más adelante. El pomo del cambio tiene el anillo en plata satinada, y el fuelle es de cuero también.
Los asientos en la parte delantera tienen un diseño deportivo, ofrecen una buena sujección aunque se conduzca rápido en zona de curvas y los colores no dan la impresión de coche «aburrido», en sintonía con la filosofía de este modelo. La calidad del acabado y los materiales elegidos están en consonancia con el tipo de turismo del que estamos hablando y de lo que pide la marca por él.
En la parte trasera, ya no contamos con la sujección lateral, por lo que a la hora de conducir alegremente, hay que pensar en los pasajeros. Dos adultos irán cómodos en el habitáculo del Fiesta Coupé, de hecho, es levemente más amplio en la cota de anchura que la versión 5 puertas. Si hablamos de tres ocupantes ya irán un poco apretados, además, el reposacabezas central trasero es un extra por el que hay que pagar 35 euros. No es que suponga un gran desembolso, pero bien podría ir de serie. Cuenta con 5 posavasos en total y los pasajeros de la parte trasera pueden utilizar unos huecos laterales para vaciar sus bolsillos.
Hablamos de un coche generalmente cómodo, es relativamente amplio, dispone de una buena luminosidad, visibilidad en cualquier ángulo, los asientos son bastante cómodos… Pero podemos ponerle pegas por ejemplo en la sonoridad. Los desarrollos de la transmisión son más cortos, por lo que el motor girará un poco más alto de vueltas y por tanto, hará un poco más de ruido. A velocidades legales, la sonoridad está a un nivel aceptable, es un poco más ruidoso que otros utilitarios de su precio y tamaño. Por encima de los 120 km/h, tanto el 1.6 gasolina (que roza las 4.000 RPM) como el diésel, que no está muy bien aislado, la sonoridad empieza a ser un poco molesta, siempre en relación con sus competidores. También habría que añadir la sonoridad de los neumáticos, de la aerodinámica, etc.
El conductor del Fiesta encontrará un reposapié más horizontal de lo normal, cosa que el Fiesta de 2002 no tenía y que le supuso algunas críticas al fabricante del óvalo. No es muy grande en superficie pero permite sujetar el cuerpo cuando se apura el coche al límite en giros cerrados. Los gourmets de la conducción deportiva deben saber que dada la separación entre freno y acelerador, no es sencillo realizar el «punta tacón», al menos con una talla de pie media (40-44). El volante no se puede regular en profundidad, con lo que no siempre podremos encontrar la mejor postura de acuerdo a nuestra morfología.
La carrocería de 3 puertas tiene el inconveniente de que las puertas son más largas, a tener en cuenta sobre todo al estacionar y que el acceso a la parte posterior no es tan bueno como en la versión de 5 puertas. Todo sea dicho, los asientos no necesitan memoria, porque al abatirlos y deshacer el movimiento no se altera su posición original. También cabe señalar que el maletero pierde un poco de capacidad frente a la versión de 5 puertas.
En vez de 284 litros, contamos con 261 litros, un poco justos si viajamos con otras 4 personas. A su favor tiene el espacio de carga bastante cuadrado y regular. Abatiendo la banqueta trasera de 2 piezas, ganamos hasta 945 litros de capacidad.
La conducción
La versión Sport del Fiesta sólo se asocia a dos motores 1.6, un gasolina Duratec de 100 CV y un TDCi de 90 CV. En cuanto a prestaciones, los dos motores rinden casi lo mismo, no hay una ventaja clara del diésel. La velocidad máxima casi la igualan (aunque el TDCi tarda más en alcanzarla), en aceleración el Duratec saca un segundo al diésel y en recuperaciones, casi hablamos del mismo tiempo, con una mínima ventaja del TDCi. A fin de cuentas, el par es superior que en el gasolina, pero no tanto. En otros binomios gasolina-diésel de la competencia y en igualdad de potencia, las diferencias afloran más. Veamos qué nos ofrece cada motor:
El 1.6 Duratec es un motor muy bravo y respondón, que responde a las peticiones del acelerador muy bien. Los rivales que recurren a motores 1.4 de 90-100 CV no tienen la respuesta de este propulsor. A bajas revoluciones sube que da gusto, llegando incluso a sorprender. De todos los utilitarios de 100 CV gasolina que hemos probado, este subjetivamente da la sensación de ser el más rápido. Además, el sonido que entrega es una delicia al oído y es un placer dejarle subir de revoluciones, aunque sea por zona urbana y a una velocidad legal y responsable. El corte de inyección se produce a 7.000 RPM, en zona roja.
Los desarrollos, como ya se ha mencionado antes, son más cortos, y esto beneficia a la capacidad de aceleración del Fiesta Sport. Las recuperaciones son muy buenas para su clase, unos 9 segundos en hacer el paso 80-120 en 4ª, lo cual le hace ser en esta maniobra entre 2 y 9 segundos más rápido que sus rivales gasolina en torno a los 100 caballos. Cuando se le saca el máximo partido, resulta endiabladamente divertido. La suspensión deportiva rebajada 10 mm, con tarado más duro y los neumáticos Continental Contisport -que se pegan como lapas al asfalto- hacen que no sólo sea divertido, además, seguro. Eso sí, hay que objetar que el ESP no es tan siquiera una opción, todo un lunar.
La cara negativa del motor Duratec es que el brío tiene su precio: un consumo un poco alto. En conducción económica y fundamentalmente tranquila, el consumo está en torno a los 7 l/100 km y poco, en desventaja frente a los rivales que usan motores 1.4. Pisándole un poquito más, sin llegar a conducción deportiva a diario, las medias se acercan a los 9 litros. En este aspecto, no tiene nada que hacer frente al TDCi, conocido por ser un auténtico mechero. Con un consumo de 7,5 l/100 km el Fiesta 1.6 es capaz de hacer 600 kilómetros entre repostajes. En autopista, el consumo sube debido a los desarrollos: (en 5ª) 90 km/h a 3.000 RPM, 125 km/h a 4.000 RPM y a 140 km/h 4.500 RPM.
El motor TDCi no proporciona el agrado y la respuesta del gasolina, aun teniendo mayor par y turbocompresor. Es más tímido y discreto, con un margen de utilización apurable hasta las 4.000 revoluciones, a partir de las cuales el motor «se muere», algo normal en un diésel. El sonido del motor no es tan satisfactorio, se agradecería una mejor insonorización, algo que en el gasolina es totalmente prescindible. En recuperaciones se queda muy cerca del gasolina, bajando en torno a 1 segundo y pico el tiempo en maniobra de adelantamiento (80-120 en 4ª). El que quiera comprar el diésel por las prestaciones, debería pensárselo una segunda vez.
El consumo suele bajar de los 5 l/100 km de media, y es uno de los propulsores más limpios y ahorradores del mercado, no sólo en el segmento utilitario. Ford no apuesta por poner más potencia diésel al Fiesta, considera que 90 CV son más que suficientes, lo que le hace estar en el pelotón de cola respecto a rivales de gasóleo como el Fiat Grande Punto de 130 CV, el Ibiza FR de 130 CV, el Opel Corsa 1.7 de 125 CV, etc. La elección de este propulsor debe plantearse casi en exclusiva desde el punto de vista del consumo. Se pueden conseguir 1.000 kilómetros de autonomía con relativa facilidad.
Por lo demás, dinámicamente son prácticamente lo mismo, el TDCi es sólo 8 kilogramos más pesado (suele haber mayor diferencia). Es sorprendente lo bien que se sujeta en las curvas y lo bien que responde al volante. Cuando se entra en una curva un poco «pasado» tiende a un subviraje que se puede controlar si se sabe lo que hace y no hablamos de un exceso superior. No disponemos de ESP ni queriendo, a modo de recordatorio. El tarado duro de la suspensión no es una merma de confort, pero garantiza un agarre muy bueno para el Fiesta. Los neumáticos también hacen lo suyo.
La dirección tiene un tacto tirando a duro, más realista que sus rivales, precisa y directa; el coche es bastante dócil. Los cambios de la versión Sport también se trasladan al cambio y no sólo por los desarrollos. Los recorridos de la palanca son cortitos y el manejo es también preciso, cuesta equivocarse de marcha, aunque es un poco dura al moverla. En cuanto a los frenos, aunque usa tambores en el tren trasero, ofrecen una respuesta muy buena y una frenada segura. Si pisamos el pedal muy fuerte, los intermitentes de emergencia advertirán al conductor que vaya detrás de forma automática.
Equipamiento
Partimos de un presupuesto de unos 13.000 euros en adelante. Normalmente, por ese dinero no podemos aspirar a mucho «coche», pero en el Fiesta, aunque en algunos aspectos viene un poco pelado de serie, tiene lo necesario y una correcta dotación de extras. Por ejemplo, algunos rivales coreanos y japoneses no permiten elegir extras y la dotación de serie «o la tomas o la dejas».
Contamos con dirección asistida, cierre centralizado con telemando, aire acondicionado, elevalunas eléctricos delanteros (las ventanillas traseras son fijas), limpiaparabrisas y luces automáticas, llantas de aleación, faros antiniebla, indicador de autonomía restante (el ordenador va aparte), detalles deportivos, radio CD, etc.
En cuanto a extras, tenemos el equipo de audio de 6 CDs (con/sin toma auxiliar para iPod, MP3…), el paquete GT, climatizador monozona, sistema de reconocimiento de voz V2C (especialmente recomendable), ordenador de consumos, techo solar eléctrico, etc.
En cuanto a seguridad activa y pasiva, también se ha producido una disminución de la dotación para ajustar el precio, una filosofía con la que no estamos totalmente de acuerdo. No entendemos cómo el ESP -y el control de tracción- no está disponible en esta versión y en las de 5 puertas (salvo alguna motorización) si. De serie tenemos los 5 cinturones, 4 cabeceros, ¡2 airbags!, frenos ABS y distribución electrónica de la frenada. Por el 5º cabecero y otros 4 airbags hay que pagar aparte. Regular tirando a escaso.
Valoración general
Fiesta Coupé 1.6 Duratec
A favor | En contra |
---|---|
– Motor muy satisfactorio. Prestaciones frente al TDCi | – ESP no disponible. Lagunas en equipamiento de seguridad |
– Relación equipamiento/precio | – Consumo un poco alto en condiciones normales |
– Sensaciones para el conductor. Comportamiento dinámico | – Sonoridad en autopista |
Fiesta Coupé 1.6 TDCi
A favor | En contra |
---|---|
– Rendimiento mecánico muy bueno. Motor económico | – ESP no disponible. Lagunas en equipamiento de seguridad |
– Relación equipamiento/precio | – Sonido diésel menos agradable, un poco ruidoso a veces |
– Precisión en el manejo. Comportamiento dinámico. | – Prestaciones globales frente a 1.6 Duratec |
Nos encontramos ante una versión muy interesante del Fiesta, si lo que estamos buscando es un poco de alegría en la conducción diaria, sin salirse de unos márgenes económicos, de seguridad, de presupuesto, etc. El coche es muy divertido y agradable, con algunas lagunas de equipamiento, fundamentalmente en seguridad pasiva, que se pueden suplir con billetes a excepción del control de tracción y de estabilidad. En relación calidad/precio, es una buena elección. En el terreno dinámico, en gasolina es uno de los mejores de su clase, y en diesel, dentro del promedio.
Si las prestaciones y el comportamiento dinámico no son muy importantes, mediante accesorios oficiales Ford se puede «tunear» un Fiesta inferior para acercarlo a nivel estético al modelo «S». El modelo actual permanecerá en el mercado hasta mediados de 2008, cuando presumiblemente haga aparición su sustituto, al fin y al cabo, tenemos frente a los ojos a un «restyling» del modelo de 2002.
Dejamos caer el detalle de que el Fiesta ST vale poco menos de 2.000 euros adicionales al Fiesta «S» 1.6. El modelo ST es más radical, con un motor 2.0 de 150 CV de aspiración natural, mejor preparación dinámica y una filosofía aún más deportiva. No es apto para almas sensibles. Su punto fuerte es el precio, pues algunos rivales de igual filosofía se ponen en 18.000 euros, y en este segmento, es un mundo de diferencia.
Prueba relacionada: Ford Fiesta 1.6 TDCi Ghia
Características técnicas
Fiesta Coupé 1.6 Duratec
- Cilindrada: 1.596 cm³
- Motor: 4 cilindros transversales (100 CV)
- Par máximo: 146 Nm CEE a 4.000 RPM
- Peso en vacío: 1.110 kg.
- Velocidad máxima: 184 km/h
- Aceleración de 0 a 100 km/h: 11,0 s
- Transmisión: Manual de 5 velocidades
- Consumo urbano: 8,8 l/100 km
- Consumo extraurbano: 5,1 l/100 km
- Consumo mixto: 6,4 l/100 km
- Combustible: Gasolina sin plomo
- Capacidad del depósito: 45 litros
- Capacidad del maletero: 261 – 945 litros (con asientos abatidos)
- Neumáticos: 195/45 R16 – 6,5 x 16
Fiesta Coupé 1.6 TDCi
- Cilindrada: 1.560 cm³
- Motor: 4 cilindros transversales (90 CV)
- Par máximo: 204 Nm CEE a 1.750 RPM
- Peso en vacío: 1.118 kg.
- Velocidad máxima: 180 km/h
- Aceleración de 0 a 100 km/h: 11,9 s
- Transmisión: Manual de 5 velocidades
- Consumo urbano: 5,2 l/100 km
- Consumo extraurbano: 3,9 l/100 km
- Consumo mixto: 4,4 l/100 km
- Combustible: Gasóleo
- Capacidad del depósito: 45 litros
- Capacidad del maletero: 261 – 945 litros (con asientos abatidos)
- Neumáticos: 195/45 R16 – 6,5 x 16
Ford Fiesta Sport (VI)
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Créditos: Carlos del Valle Cifuentes