- Fecha: Julio de 2005
- Unidades probadas: A 200 CDI 5p (W169) Elegance y Toledo (5P) Stylance Sport-Up
- Motorización: 2.0 CDI (140 CV) – Diesel y 2.0 FSI (EA113, 150 CV) – Gasolina
- Calificación: 4/5
En esta ocasión enfrentamos a dos rivales de altura. El competidor directo SEAT de la Clase A sería el Altea, pero por poco dinero más, ganamos un maletero 100 litros más grande, propio del Toledo. Comparamos también la mecánica VAG gasolina 2.0 de inyección directa contra el brillante 2.0 CDI turbodiesel de Mercedes-Benz, con resultados más que interesantes. La berlina SEAT ha quedado a la altura del exclusivo Clase A, dejando muy buen sabor de boca en múltiples aspectos, y casi por el mismo precio.
Exterior
Como se puede apreciar a simple vista, la ampliación de maletero del Toledo respecto al Altea y la forma de apertura del portón le hacen un poco más largo que su compañero de gama. Quitando esto, las diferencias son despreciables. La apariencia del modelo español es muy musculosa y dinámica, en coherencia con los valores que ha adoptado SEAT: deportividad y diseño de vanguardia. Respecto a la generación anterior, crece a lo largo, ancho y alto para ofrecer una mejor habitabilidad. En referencia a la forma de apertura del portón, facilita la carga incluso en aparcamientos cerrados.
El Clase A, por su parte, es más conservador. La característica más notable del monovolumen Mercedes, tal y como decía el eslogan, es «abajo el motor, arriba la gente». Esta fórmula proporciona una notable seguridad, pues en caso de impacto el habitáculo está mejor preparado para una colisión frontal, el motor se deslizaría bajo el piso. No por ello el Toledo es menos seguro; aunque no ha sido aún probado por EuroNCAP, su homólogo Altea, prácticamente igual, obtuvo 5 estrellas, las mismas que la Clase A. Las dos opciones representan una inversión por la seguridad de los nuestros. Para nuestra sorpresa, los retrovisores del A 200 CDI no se pueden plegar.
Interior
Puede que la Clase A sea un «Mercedes popular», pero se respira cierto aire de familia en su interior, con guiños al lujo y confort de sus hermanos mayores de marca. Cierto es que parte de los elementos que mencionamos no son parte del equipamiento de serie, pues el pack Elegance tiene un sobreprecio (sólo en versiones básicas, en el A 200 CDI no tiene sobreprecio alguno). Descubrimos unos asientos suaves y cómodos, inserciones en nogal, aluminio, cuero… materiales elegantes y con una calidad de acabado notable. La ubicación de los mandos ha sido muy tenida en cuenta, todo está a mano. Como detalle curioso, intermitentes, largas/ráfagas y limpia/lavaparabrisas se controlan con una única palanca.
Los detalles abundan: tres posavasos delanteros, cofre, compartimento para teléfono móvil, monedero, espacio para cartera, red para dejar CDs u objetos pequeños, aireadores traseros… A mejorar, el climatizador -opcional- que no tiene precisión de medio grado y es difícil de leer su display con luz, el warning que está escondidillo, la advertencia de desconexión del airbag de pasajero -simbólica-, huecos de puerta insuficientes y lagunas de equipamiento que describiremos más adelante.
Una característica inconfundible de la Clase A, por su posición elevada, es la postura de conductor y acompañante. Donde apoyamos los pies el piso está muy levantado, nos hará sentirnos más bien en un Fórmula 1. También lo vamos a notar en que hay menos altura entre suelo y asiento de la que cabe esperar. Sin embargo, tiene sus ventajas: visibilidad excelente y más confort. La accesibilidad al habitáculo también se beneficia de esta solución, mejorándola notablemente. El aislamiento acústico y aerodinámico es muy bueno en ambos turismos.
Bajamos del Clase A para montarnos en el Toledo ¿Nos hemos subido en un Altea? A primera vista, sí. Prácticamente no hay ninguna diferencia en el interior, sobre todo el salpicadero y posición de conducción, que es igual. La terminación no es tan buena como la del Mercedes, va a resultar ser demasiado «sport» para aquellos que les vaya más lo clásico. Los mandos están un poco mejor ubicados que en el A y, desde luego, el aspecto práctico está más conseguido, con más huecos que el Mercedes (portagafas, cofres bajo asientos delanteros, espacio trasero para paraguas…)
Puede mejorar en el material que preside el salpicadero, las palancas del volante (con un retorno un poco seco), la posición del warning -enfrente del cambio-, la visibilidad en las diagonales traseras, la guantera (muy pequeña), respaldos traseros algo durillos y la tercera plaza de atrás. Esto viene a cuento de que el acabado Sport-up monta unos asientos deportivos excelentes que sujetan el cuerpo totalmente, pero que pueden ser una pequeña tortura para un adulto sentado en la plaza central, no tiene donde apoyar la espalda. El que compre un Toledo Sport-Up, debe considerarlo más bien como un 2+2 que como un cinco plazas.
La posición de los pasajeros es más en plan berlina, con más hueco para piernas, aunque nos sentiremos un poco «encajonados» que en el modelo alemán. Otro plus para el español es la modularidad. La gama Toledo y Altea ha recibido modificaciones tales como la posibilidad de mover los asientos traseros en el eje longitudinal, así se gana espacio para el maletero o se aumenta el desahogo de los pasajeros.
Finalizamos este apartado con los maleteros. Como puede observar en las fotos que hemos preparado, son muy modulables, con doble fondo y zonas adicionales. El Toledo es el ganador en esta categoría ya que cuenta con un mayor volumen de carga y se adapta a las necesidades del usuario gracias a la modularidad de sus asientos, las redes de sujección y el separador del compartimento de doble fondo. En ambos casos podemos contar con un espacio de carga totalmente diáfano. Mercedes ofrece como extra un sistema de organización de maletero, con capacidades análogas al Toledo.
La conducción
Nuestros contendientes son un notable ejemplo de cómo la experiencia de los fabricantes y las mejoras en tecnología están beneficiando a la industria del automóvil. La primera generación de la Clase A, por ejemplo, tuvo cierta mala fama por los resultados de la prueba del alce -una esquiva violenta a unos 60 Km/h- ya que volcó en las pruebas. Este capítulo está más que superado en el modelo actual, el comportamiento es excelente, y sin equipar las suspensión deportiva, no digamos nada con ella. Los movimientos de la carrocería son moderados, transmite mucha seguridad al piloto y a los pasajeros. Es una delicia conducirlo, con un saludable término medio entre cualidades dinámicas y confort en cuanto a suspensión.
El tacto de la dirección asistida es ideal, tan suave como precisa en cualquier circunstancia. Sin embargo, no todo es perfecto. En primer lugar, los pedales tienen demasiada sensibilidad y requieren un período notable de adaptación. La primera vez que conducimos un Clase A, los trompicones, marchas que entran bruscas, frenazos… nos van a recordar a nuestros años mozos. Una vez que se le coge el tranquillo es como cualquier coche, pero resulta difícil de llevar suave a conductores poco habituales o noveles, al menos, en versiones diésel. Por otro lado, el cambio, es cómodo de manejar y preciso, pero le encontramos un fallo. La marcha atrás se engrana tirando hacia arriba, lo que obliga a prestar atención cuando pasamos de 3ª a 2ª, que con un poco de mala suerte metemos la marcha atrás y las consecuencias pueden no ser agradables.
En cuanto a su propulsor, ¡menudo torpedo! Tiene un andar sereno y relajado, hasta que se le pide adelantar o acelerar fuerte. Empuja con pasión desde cerca de 2.000 RPM hasta la zona roja del tacómetro sin desinflarse nada -raro en un diesel-, logrando unas recuperaciones tan brillantes como las que se podrían exigir a un turismo semideportivo. Además, el consumo está muy ajustado. En velocidad de crucero el gasto parte de 4,5 litros hasta 5 y pico de gasóleo, mientras que en ciudad, puertos de montaña y en general, el gasto medio viene a estar entre 6 litros cortos y 7 largos. Para conductores poco exigentes, este motor les viene grande, no hay que olvidar que los pedales no lo ponen fácil. En cuanto a pegas, vibra lo suyo a bajo régimen hasta que notamos el turbo, aunque el sonido es agradable y no molesta.
Por parte del Toledo, el comportamiento no ofrece queja alguna, pues está equipado con versión Sport-up con un tren de rodaje deportivo que harán las delicias de los más exigentes. Prácticamente es igual de eficaz que en el Altea, tan sólo notaremos la diferencia en giros muy bruscos (de los que se hacen en pista de pruebas) por la prolongación de la carrocería. Dado que en situaciones normales eso es dificil que ocurra, podemos concluír que se porta de maravilla, incluso yendo rapidito. Eso si, la dureza de la suspensión y el perfil de los neumáticos, un tanto exagerado, desaconsejan su uso en donde abundan las carreteras rurales con asfalto poco cuidado. La posición de conducción baja proporciona agrado adicional en conducción deportiva, ya que sentimos mejor el asfalto.
El manejo es excelente. Disponemos de una dirección muy precisa y directa -algo durilla a la hora de aparcar-, un cambio exacto y unos pedales que nos permiten dominar el coche sin apenas esfuerzo, es fácil de llevar incluso por noveles. Sus cualidad dinámicas son pseudo-deportivas; los pasos por curva son bastante planos, transmite mucha seguridad. Sin exigirle, es también un coche agradable en viajes largos, y si buscamos el máximo confort, las suspensiones normales de otros equipamientos nos vendrán mejor.
El motor es un 2.0 FSI, gasolina de inyección directa. Aporta una suavidad digna de un V6 y una progresión total sin tirones. En circulación normal, a velocidades legales, el motor es difícil de oir, ya que es muy silencioso. Sin duda, ventajas que aporta la inyección directa. Los adelantamientos se resuelven con eficacia y seguridad, si bien no dispone del empujón del turbodiesel Mercedes al ser atmosférico y por el menor par motor. El consumo es muy sensible al uso, nos puede dar medias entre 6 y 11 litros. El máximo aprovechamiento de la tecnología FSI es circulando en llano a una velocidad constante y dentro de la legalidad.
Es cierto que esto es aplicable a todos los coches, pero especialmente a los FSI. La pega gorda: gasolina sin plomo de 98 octanos, que estos días ya anda por 1,13 euros el litro. La diferencia de precio con el 2.0 TDI es de unos 1.000 euros, con lo que el diesel se amortizaría bastante rápido. ¿Por qué elegir el FSI y no el TDI? Si no queremos oír el motor, anteponemos el confort a unas prestaciones mejores y deseamos suavidad, no hay duda: FSI. El control de velocidad de serie es un buen aliado para este propulsor, de cara a viajes largos.
No queremos terminar este análisis sin rendirnos a la evidencia de que, aunque el motor Mercedes es magnífico, el FSI no se queda corto. En aceleración 0-100 sólo tarda 0,2 segundos más en cruzar la meta y es 5 Km/h más rápido en punta. La diferencia se halla, lógicamente, en las recuperaciones y en rendimiento, donde el motor Mercedes se impone; en placer de conducción, el FSI gana la partida, aunque no tenga el empuje del diesel. Sólo suena adelantando y las vibraciones son prácticamente nulas.
Finalmente, probando al límite ambos coches en esquivas y giros bruscos, muy bien por los dos. Equipan ESP de serie, Mercedes en cuanto a gama global, SEAT por esta versión del Toledo. Frenando necesitan poco sitio; el A 200 CDI necesitó menos espacio por su menor peso, aunque hablamos de una diferencia de 5 metros. La deceleración en ambos casos es -al máximo- contundente y eficaz.
Equipamiento
La Clase A, aunque va bien equipada, tiene lagunas difíciles de explicar, como la regulación en profundidad del volante, los airbags de ventana y traseros, los anclajes ISOFIX, paquete de iluminación interior, alfombrillas, climatizador (THERMOTRONIC), control de velocidad (SPEEDTRONIC), etc pues hablamos de un coche que toca los 25.000 euros. La dotación pues, se queda en buena. Con el Pack Elegance disponemos de: embellecimientos exteriores, ordenador de a bordo, aire acondicionado, inserciones en cuero, radio CD con altavoces, dirección asistida, elevalunas eléctricos, cristales calorífugos, etc.
El acabado de acceso a la gama Toledo cuenta con un equipamiento de serie muy completo. Entre otros elementos dispone de elevalunas eléctricos delanteros con funciones «one touch» y sistema antipinzamiento, retrovisores exteriores eléctricos, calefactados y en color carrocería; cierre centralizado con mando a distancia y llave plegable de tres pulsadores (se suma un tercer botón para abrir sólo el portón), aire acondicionado, radio CD con seis altavoces, asiento del conductor regulable en altura, respaldo del asiento trasero abatible (1/3-2/3), ordenador de a bordo, etc.
Sobre el acabado básico, Stylance añade alarma volumétrica, ESP, llantas de aleación de 16 pulgadas y siete radios con neumáticos 205/55, faros antiniebla, climatizador de dos zonas, elevalunas eléctricos traseros, retrovisores exteriores con posición parking eléctrica, volante en cuero con mandos para controlar el equipo de audio, pomo de la palanca de cambios de cuero, control de velocidad de crucero, ordenador de a bordo, función «Coming Home», entre otros elementos. Sport-up, además, monta llantas de aleación de 17 pulgadas de cinco radios, neumáticos 225/45, suspensión deportiva, asientos deportivos y acabado interior específico. En relación equipamiento/precio, gana el Toledo.
En seguridad activa y pasiva, están muy bien ambos. Equipan ABS, control de tracción y estabilidad ESP, 5 cinturones con reposacabezas (la Clase A tiene chivatos para cada asiento, Toledo los frontales), 6 airbags para Toledo y 6 para el Clase A (delante, resto opcionales), ISOFIX (A sólo en asiento delantero, atrás opcional). La Clase A, recientemente probada por EuroNCAP, es de las más seguras de su segmento, con 5 estrellas de protección de ocupantes y una puntuación muy alta. El Altea, similar al Toledo, obtuvo también 5 estrellas de protección de ocupantes y 4 de protección infantil.
Valoración general
Mercedes A
A favor | En contra |
---|---|
– Rendimiento mecánico brillante | – Brusquedad mecánica |
– Comodísimo para viajar | – Lagunas de equipamiento |
– Interior distinguido y elegante | – Vibraciones a bajas RPM |
SEAT Toledo
A favor | En contra |
---|---|
– Relación equipamiento/precio | – Consumo sensible al uso. Combustible caro |
– Versatilidad del maletero. Portaobjetos | – Demasiado parecido al Altea |
– Agrado del motor FSI. Factor deportivo | – Plaza central incómoda con asientos deportivos |
En conclusión, la Clase A de Mercedes consiste en monovolúmenes elegantes y con ciertas concesiones al lujo, aunque haya que engrosar la factura con algunos extras. Están disponibles en carrocería tres y cinco puertas. El Toledo en cambio es un Altea con más maletero, entre monovolumen y berlina, versátil, práctico y con deportividad. Puestos a recomendar, el Clase A más recomendable sería el A 180 CDI y en cuanto a Toledo, el 2.0 TDI de 140 CV. La mecánica gasolina que hemos analizado es una opción que sale cara por el precio de la gasolina 98 octanos, pero que a quien no le guste el diésel, le va a encantar.
Mercedes Benz ha lanzado recientemente un término medio entre Toledo y Clase A, la clase B: mezcla de berlina, de monovolumen y de deportivo. Eso si, sus precios se alejan un poco a los del Toledo, del mismo modo que la Clase A está en otro nivel que el Altea, su rival directo. Por lo que cuesta un Clase A, podemos adquirir un Toledo mejor equipado a motorización similar. Las versiones básicas cuestan 19.300 € (A 150 Classic) y 18.290 € (Toledo 1.6 Reference) respectivamente. Sendas gamas se pueden equipar con interesantes cambios automáticos: AUTOTRONIC Mercedes (7 relaciones), DSG (para Toledo 2.0 TDI) y Tiptronic (para Toledo 2.0 FSI).
Es difícil declarar un ganador en esta comparativa, pues se trata de dos vehículos muy completos. Con todo lo expuesto, dejamos la decisión en sus manos.
Características técnicas
Mercedes A 200 CDI
- Cilindrada: 1.991 cm³
- Motor: 4 cilindros en línea transversal (140 CV)
- Par máximo: 300 Nm CEE a 1.600 RPM
- Peso en orden de marcha: 1.365 Kg
- Velocidad máxima: 201 km/h
- Aceleración de 0 a 100 km/h: 9,5 s
- Transmisión: Manual de 6 velocidades
- Consumo mixto: 5,4 l/100 km
- Combustible: Gasóleo
- Capacidad del depósito: 435 litros
- Capacidad del maletero: 54 litros
- Neumáticos: 195/55 R16
SEAT Toledo 2.0 FSI
- Cilindrada: 1.984 cm³
- Motor: 4 cilindros en línea transversal (150 CV)
- Par máximo: 200 Nm CEE a 3.500 RPM
- Peso en orden de marcha: 1.399 Kg
- Velocidad máxima: 206 km/h
- Aceleración de 0 a 100 km/h: 9,7 s
- Transmisión: Manual de 6 velocidades
- Consumo mixto: 8,2 l/100 km
- Combustible: Gasolina 98 octanos
- Capacidad del depósito: 500 litros
- Capacidad del maletero: 55 litros
- Neumáticos: 225/45 7J x 17”
Galería fotográfica
Mercedes A 200 CDI (W169) y SEAT Toledo 2.0 FSI (5P)
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Créditos: Carlos del Valle Cifuentes